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Regreso natural a la ciudad natal.
Tras vivir muchos años en el extranjero en contacto con la naturaleza, la apuesta de esta familia fue un entresuelo con patio entre l'Eixample y Gracia.

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El patio era oscuro y sucio, y el desafío fue convertirlo en un jardín que aprovechara cada metro cuadrado para cubrir las necesidades de los cuatro familiares y tener la sensación de estar cerca de la naturaleza.
La intimidad era una preocupación, con la dificultad de tener vecinos con vistas directas a la propiedad. Nos propusimos crear un lugar atractivo en el que la naturaleza estuviera a la vista, pero no las actividades que ocurrían en ella.
Nos centramos en los elementos positivos que disponíamos. Pusimos en valor las paredes altas, colonizándolas con revestimientos naturales y vegetación colgante. El jardín se llenó con gran profusión de arbustos y plantas situados estratégicamente para crear rincones de privacidad.
La excavación de la piscina nos dio la oportunidad de plantar a cota cero. Se incluyó un olivo de medio siglo, el sueño del cliente. Para las paredes propusimos un tetris de gaviones con naturaleza muerta: troncos de plátano hispánica del entorno de Barcelona, piedra mineral volcánica, y un tercero con vegetación viva.
Los cuatro integrantes de la familia tienen gustos diferentes, así que sugerimos completar el espacio con mobiliario moderno de materiales nobles y líneas muy sobrias.
"Nos sentimos recogidos en nuestro espacio asalvajado y a la vez sofisticado."
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