



En una nave industrial creamos un laboratorio de jardines modulares.
La propia nave, con elementos brutalistas, era un reflejo vivo de los procesos industriales y naturales que se estaban dando en ella.

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En una nave industrial de 4000m2 en Cornellà, a 15 km del centro de Barcelona, La Casa por el Tejado construye módulos de viviendas que se transportan y se instalan en lo alto de edificios del Eixample.
Los módulos de LCT a menudo incluyen terrazas, y el reto de Verveine era diseñarlas adaptándose al concepto de construcción modular. Debíamos ser capaces de generar un jardín transportable y con criterios de sostenibilidad.
Durante los dos años de colaboración con La Casa Por el Tejado, Verveine tuvo la oportunidad de investigar el reaprovechamiento de elementos de la industria para la creación de jardines. Gracias a la ubicación en un polígono, disponíamos de un sinfín de materiales de proximidad, mucho espacio y nuestra propia creatividad para imaginar, aprender y crear algo nuevo.
El hangar era showroom, despacho y laboratorio. El primer fruto fue una maqueta 1:1 para trasladar a la feria de la construcción de Madrid. Esta aventura incluyó empaquetar 300 plantas y todos los elementos de una cubierta ajardinada de 60m2.
El propio hangar nos permitió observar la invasión que hace la naturaleza cuando dejamos que siga su curso natural. La Hedera helix, una especie local del sistema de riera primaria, daba color y vida a la nave sin apenas intervención.
Escuchar y sentir el lugar antes de actuar es el pilar más importante de Verveine. Esta experiencia nos ayudó a demostrar que no hay especies de primera y de segunda, sino que cada elemento natural tiene su función.
“Crear un jardín off-site te permite experimentar, vivirlo, estar en él y hacer ajustes ahí donde tienes todos los recursos y herramientas, antes de llevarlo a su ubicación final.”